El punto cero

A veces no es que no quieras seguir.
Es que no sabes por dónde empezar otra vez.
Cuando has perdido la salud, el trabajo, una relación, el propósito…
te quedas mirando la vida como quien ve una casa derrumbada desde fuera.

Nada encaja.
Nada tiene sentido.
Y todos los que te rodean te dicen: «ánimo, empieza de nuevo.»
Como si eso fuera tan fácil.

Volver a empezar no es volver atrás

No se trata de reconstruir lo que perdiste.
Ni de fingir que todo sigue igual.
Volver a empezar es atreverte a construir una vida diferente,
con lo que queda… y con lo que has aprendido.

Después de mis operaciones, de sentir que el mundo me había abandonado,
no volví a lo de antes.
Volví a lo nuevo.
Y eso fue más poderoso de lo que imaginaba.

Primero, deja de compararte con tu yo anterior

Ese tú que tenía energía, seguridad, una agenda llena, un cuerpo sin cicatrices.
Ese tú ya no está.

Y eso no es malo.
Es el precio de haber vivido algo que te cambió.
Lo sé porque lo viví.
Y porque no pude empezar de nuevo hasta que acepté que ya no era el mismo.

Qué puedes hacer hoy mismo si estás en este punto

1. Asume que estás en un nuevo comienzo. No lo maquilles de “transición”.
2. Mira lo que tienes ahora. No lo que perdiste.
3. Haz algo simbólico: tira una prenda, cambia de lugar un mueble, escribe una carta de cierre.
4. Habla con alguien que no te juzgue. A veces necesitamos ser escuchados más que aconsejados.
5. Repite esto cada día: No empiezo desde cero. Empiezo desde experiencia.